MEMORIA DEL CORTOMETRAJE

Mi compañera de trabajo, muy dada a contar y compartir las anécdotas impactantes y las experiencias emotivas con las que se va encontrando en su duro trabajo como educadora de jóvenes en exclusión y riesgo social motivó esta historia
Mi compañera de trabajo, muy dada a contar y compartir las anécdotas impactantes y las experiencias emotivas con las que se va encontrando en su duro trabajo como educadora de jóvenes en exclusión y riesgo social motivó esta historia. A ella le debo la inspiración.



Dulce sueño de sombras es una historia real, una historia que refleja el  abandono que muchos menores sufren, una historia de maltrato infantil y padres irresponsables que sólo son fábricas de factores de riesgo social en el entorno familiar.

Mi compañera contaba que la madre de un menor con el que estaba interviniendo, en una de las entrevistas personales que le realizó, en la que le preguntaba por la relación con su exmarido, ésta le relató que cuando su hijo era pequeño, una noche éste la llamó porque se encontraba solo en casa y tenía miedo, mientras ella estaba muy lejos y no podía  hacer nada por él en ese momento ya que la custodia la tenía su padre y ella vivía con su actual marido y con su otro hijo en otra ciudad. Lógicamente, después de aquello, consiguió la custodia de su hijo, pero a la vista está que aquello les marcó para siempre.


Mientras ella contaba la anécdota, la imagen de un niño pequeño solo y muerto de miedo hablando con su madre por teléfono me estremeció y se apoderó de mi fantasía. Enseguida me estallaron una serie de preguntas: ¿Cómo habría sido la conversación que madre e hijo mantuvieron? ¿Qué le habría dicho la madre para tranquilizarlo? ¿Qué hizo? ¿Qué haría yo si me viera en la situación de esa madre? Las palabras de esa conversación comenzaron a surgir en mi inconsciente.  Fue entonces cuando supe que había una historia para un cortometraje con un tono de terror psicológico donde todos los personajes (niño, madre y padre) se encontraran envueltos en un paradójico dulce sueño de sombras.  “Sueños” y “Sombras” son los dos grandes símbolos de la historia. Ambos constituyen una metáfora del estado físico, vital y momentáneo en el que se encuentran los personajes en el momento en el que se desarrolla todo.   



Por supuesto, la historia no es nada sin el miedo y sin la angustia que siente el niño cuando se encuentra solo y encerrado en la habitación y que sólo se siente acompañado de la voz de su madre al teléfono. En esto recuerda mucho a otras obras cinematográficas como la no muy lejana: Buried de Rodrigo Cortés.




 
Tampoco es nada sin el trasfondo social de un padre toxicómano que actúa como punto de giro final y nos da el por qué de la situación en la que se encontraba el niño, algo que hasta el último momento  del cortometraje, el espectador sólo ha podido llenar con conjeturas.  Y mucho menos es nada sin la angustia y el miedo de esa madre que sólo cuenta con su imaginación para conseguir calmar a un niño del que se ha apoderado el miedo y lograr de esa forma que no sea consciente de la cruel realidad. En esto recuerda mucho a la gran película de La vida es bella, ya que esa será la función de la madre: intentar que la situación parezca trivial y bella a los ojos de su hijo, mientras ella tiene que tragarse su dolor y su angustia.     




En definitiva, Dulce sueño de sombras es un drama social con un punto de Thriller y un tono de terror psicológico que nos  habla de “sueños” y de “sombras”: ¡Los sueños y las sombras de la propia existencia, los sueños y las sombras de la vida!



Jesús Graván.

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